Cátedra Perú de la USMP desarrolló su sesión N° 133 denominada: “Generación Z: Mitos y realidades” en la Facultad de Derecho de la USMP, lugar donde asistieron jóvenes del distrito de Ate del área de Participación Vecinal de la municipalidad de ese distrito, alumnos de la USMP, docentes y público en general para profundizar sobre esta generación.
La inauguración estuvo a cargo del Dr. Hugo Guerra, director ejecutivo de Cátedra Perú, en representación del Rector de nuestra casa de estudios, Ing. José Antonio Chang Escobedo. En sus palabras de bienvenida recordó la importancia de que los educadores comprendan el contexto social, económico, cultural y familiar de sus estudiantes para diseñar adecuadamente metodologías d enseñanza.
En ese sentido, hizo un repaso de la teoría generacional clásica desde mediados del siglo XX, recordando las particularidades de los baby boomers, la generación X y los millennials. En este marco, introdujo a la generación Z como el grupo que actualmente despierta mayor interés académico y social por sus rasgos únicos y por los cambios acelerados que marcan su formación.
Asimismo, describió a los nacidos entre 1997 y 2012 como auténticos nativos digitales que han crecido entre lo presencial y lo virtual y resaltó sus transformaciones sensoriales producto del uso intensivo de dispositivos móviles, así como el fuerte impacto que tuvo el confinamiento por la pandemia en su desarrollo emocional y educativo.
Por otra parte, destacó su marcada conciencia social y ambiental, pero también los desafíos económicos que enfrentan: altos costos de vivienda, empleos inestables y dificultades para sostener modelos familiares tradicionales. A ello sumó la problemática de un millón y medio de jóvenes peruanos que no estudian ni trabajan.
“La generación Z posee una capacidad inédita de movilización a través de redes sociales, articulándose de manera descentralizada en torno a causas como la anticorrupción, la justicia social y el acceso a oportunidades. Este tipo de organización se ha observado en diversos países, donde las protestas juveniles han adoptado símbolos compartidos y se han comparado con formas de activismo difuso y simultáneo”, enfatizó.
Finalmente, recordó que en el Perú esta generación protagonizó movilizaciones recientes motivadas por la inseguridad y la corrupción; aunque algunas fueron infiltradas por grupos radicales, lo que llevó a un repliegue temporal.
“La generación Z será determinante en las elecciones generales de 2026, al aportar cerca de dos millones y medio de nuevos votantes. Por ello, el reto de la academia es comprenderlos, escucharlos y acompañar sus inquietudes con propuestas formativas sólidas”, concluyó.
Las exposiciones iniciaron con la intervención de Christian Quiñe Espinoza, emprendedor, productor y conductor del programa DIÁLOGO POLÍTICO, quien señaló que comprender a la Generación Z requiere analizar tres dimensiones: política, psicológica y económica.
“Se trata de una generación completamente digital, formada desde la infancia por el uso intensivo de celulares y redes sociales. Esta hiperconectividad, los vuelve más susceptibles a la desinformación, pues suelen preferir contenidos breves en lugar de investigación profunda”, indicó.
En el plano psicológico, sostuvo que la constante comparación que fomentan las redes sociales alimenta altos niveles de frustración; citando estudios del Instituto Harvard, indicó que la Generación Z es la más frustrada debido a modelos de vida irreales y a la sobreabundancia de información que dificulta etiquetar políticamente a este grupo.
Asimismo, remarcó que los jóvenes no constituyen un bloque homogéneo manipulable por agendas políticas y rechazó el mito de que la mayoría sea de izquierda, señalando su diversidad ideológica y su tendencia a cuestionar incluso a gobiernos progresistas.
Finalmente, compartió su experiencia en 2020, cuando impulsó espacios digitales para contrarrestar lo que percibía como una hegemonía informativa: “La Generación Z será decisiva en los próximos procesos electorales, pues más de dos millones votarán por primera vez y hay que asumir una “batalla cultural” basada en información seria, criterio y responsabilidad ciudadana, evitando la polarización y las teorías conspirativas”.
A su turno, la Dra. Elizabeth Zea, Directora del Instituto de Derechos Humanos y Desarrollo de la USMP, inició su intervención desde su experiencia como docente universitaria, recalcando que los adultos, especialmente padres y educadores, deben asumir la responsabilidad de brindarles acompañamiento afectivo y orientación a los jóvenes de esa generación, frente a la gran cantidad de contenido al que están expuestos en redes sociales.
Respecto a sus características, destacó la rápida adaptación de la generación Z a la transformación digital, especialmente durante la pandemia; destacó su pensamiento crítico; su cuestionamiento a las instituciones tradicionales y su compromiso con causas como la igualdad, la inclusión y el medio ambiente.
Asimismo, mencionó su interés en nuevas formas de trabajo, carreras digitales y empleos con propósito, resaltando el importante protagonismo de las mujeres jóvenes en la búsqueda de independencia profesional.
La doctora analizó también los mitos que suelen rodear a esta generación, como la supuesta fragilidad emocional o la falta de disciplina e indicó que estas percepciones no reflejan la realidad completa y que muchos comportamientos responden a estilos de crianza o a la exposición excesiva a la tecnología.
No obstante, advirtió sobre retos importantes, como el uso inadecuado de la inteligencia artificial en la educación, la debilidad en la comprensión del marco institucional y la persistente brecha digital, especialmente en zonas rurales.
En su último punto, reflexionó sobre la participación política de los jóvenes, caracterizada por su dinamismo en redes y por protestas sin liderazgo formal. Describió casos internacionales y nacionales, señalando que muchas movilizaciones responden al descontento con la corrupción y decisiones públicas; sin embargo, advirtió que la falta de propuestas concretas y el desconocimiento de la Constitución limitan su impacto.
Por su parte, Katherine Ampuero, exprocuradora anticorrupción y actual asesora de la Alta Dirección de la Defensoría del Pueblo, señaló que la Generación Z representa una forma distinta de pensar respecto a generaciones como la X, principalmente por su condición de nativos digitales.
“Su enorme capacidad de convocatoria y su habilidad para transformar la indignación en acción pública mediante redes sociales, hace que logren incluso impulsar cambios legislativos”, destacó.
Advirtió, sin embargo, que esta fortaleza convive con una alta exposición a la desinformación, ya que muchos jóvenes forman opiniones basándose en streamers o formatos breves, sin verificar fuentes ni consultar la normativa. Como ejemplo, mencionó el debate sobre las “leyes procrimen”, donde —según indicó— existen mejoras que suelen pasar desapercibidas por falta de lectura y análisis.
Recordó casos de masivas convocatorias generadas por figuras digitales como Speed, evidenciando el poder de influencia que ejercen sobre esta generación, incluso por encima de instituciones públicas.
La exprocuradora reflexionó también sobre el impacto del consumo excesivo de plataformas digitales y del uso irreflexivo de la inteligencia artificial, que —afirmó— pueden reducir la capacidad de razonamiento crítico.
Finalmente, realizó un llamado firme a ejercer la ciudadanía con responsabilidad, empatía e información verificada y señaló que la movilización social es legítima y necesaria, pero debe evitar caer en la manipulación, la violencia o daños a terceros.
Por último, Álvaro Quispe Pérez, autor del libro: Juventudes, Políticas Públicas, Participación y Contracultura, destacó que la Generación Z será un actor decisivo en las elecciones de 2026, representando cerca del 27% del padrón electoral, equivalente a siete millones de jóvenes.
“Pese a su peso electoral, casi ningún candidato propone una agenda concreta para la juventud. Sin embargo, en 2026 podría producirse un mayor surgimiento de liderazgos juveniles gracias al activismo digital”, indicó.
Por ello, precisó que los partidos políticos no han logrado conectarse con esta generación, pues mantienen estructuras rígidas y discursos que no dialogan con sus expectativas.
Asimismo, subrayó que su influencia no solo se expresará en las urnas, sino también en el espacio digital, que constituye su principal herramienta de incidencia política: “La Generación Z es esencialmente pragmática y su participación política se articula en torno a causas concretas más que a ideologías tradicionales”.
Recordó el rol de esta generación en protestas relacionadas con la reforma de pensiones y en movilizaciones internacionales, señalando que sus demandas responden a objetivos prácticos y no a etiquetas ideológicas.
Finalmente, destacó que la juventud es, por naturaleza, crítica, contestataria y transformadora, y que su aporte debe trascender sus propias demandas para contribuir al proyecto nacional.
“Las universidades tienen un papel clave en formar ciudadanía, promover el debate y fortalecer la reflexión política. Saludo el rol de la USMP por abrir un espacio democrático donde la voz de la juventud puede convertirse en motor de desarrollo para el país”, concluyó.
Santa Anita, 27 de noviembre de 2025
Oficina de Relaciones Públicas
e Imagen Institucional
