Criterio Educativo

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La Evaluación Formativa en el Perú: Evolución, Logros y Dificultades

La evaluación formativa es un enfoque pedagógico que se ha ido consolidando y extendiendo a lo largo de las últimas décadas en el Perú, especialmente en la educación básica regular. Este tipo de evaluación se centra en el seguimiento continuo del aprendizaje de los estudiantes durante el proceso educativo, con el fin de identificar sus avances, áreas de mejora y necesidades de apoyo. La evaluación formativa se diferencia de la evaluación sumativa, ya que su objetivo no es calificar ni asignar una calificación final, sino más bien orientar y acompañar el desarrollo de los estudiantes.

En Perú, la evaluación formativa ha tenido una evolución importante, particularmente desde la década de los 70, y se ha extendido de manera gradual hasta su generalización en 2016. Este proceso ha estado marcado por reformas educativas, avances en la pedagogía, y la implementación de nuevos enfoques centrados en el alumno. A continuación, analizaremos cómo se ha desarrollado este tipo de evaluación en el país, destacando tanto sus logros como las dificultades que se han presentado, y comparando su evolución con experiencias similares en el extranjero, como en Italia y algunos otros países de América Latina.

  1. Evolución de la Evaluación Formativa en el Perú

Década de 1970: Inicios en la Educación Inicial

En la década de 1970, la evaluación en el sistema educativo peruano seguía siendo predominantemente sumativa y tradicional. Sin embargo, en la educación inicial, comenzaron a surgir propuestas que favorecían una evaluación más centrada en el proceso de aprendizaje. A lo largo de esta década, se empezó a valorar la importancia de un enfoque más individualizado, que tuviera en cuenta las características particulares de los estudiantes.

La evaluación en este período, aunque limitada, comenzó a ver el valor de observar y registrar el desarrollo del alumno a través de observaciones continuas, la retroalimentación constante y las actividades de acompañamiento. Sin embargo, fue solo hasta la siguiente década cuando estos enfoques comenzaron a tomar mayor relevancia.

Década de 1980 y 1990: Expansión Gradual

En los años 80 y 90, se dieron los primeros avances importantes en la incorporación de la evaluación formativa en la educación básica, especialmente en las escuelas públicas. Durante este período, el Ministerio de Educación del Perú (MINEDU) empezó a reconocer que la evaluación debía ir más allá de los exámenes finales y que el proceso de aprendizaje debía ser monitoreado a lo largo del ciclo escolar.

A fines de los años 90 y principios del 2000, el sistema educativo peruano comenzó a adoptar enfoques pedagógicos más centrados en el alumno, en el marco de reformas como la Ley General de Educación N° 28044 (2003), que promovía la formación integral de los estudiantes. A pesar de estos avances, la implementación de la evaluación formativa seguía siendo parcial y no estaba completamente consolidada en todos los niveles educativos.

2004: Impulso de la Evaluación Formativa

A partir de 2004, la evaluación formativa comenzó a ganar fuerza de manera más estructurada, especialmente con la implementación de políticas educativas más orientadas a las competencias y el aprendizaje por procesos. Durante este período, la evaluación dejó de ser solo una herramienta de calificación y pasó a ser un proceso de retroalimentación continua. Se promovió la idea de que el aprendizaje de los estudiantes debía ser monitoreado constantemente, con el fin de adaptar la enseñanza a sus necesidades específicas.

En este contexto, se empezó a implementar un sistema de calificación formativa basado en una evaluación cualitativa que agrupaba a los estudiantes en categorías como:

  • AD (Logro Destacado)
  • A (Logro Satisfactorio)
  • B (En proceso)
  • C (Presenta dificultades o en inicio)

Este sistema permitía un enfoque más flexible, donde los estudiantes no eran simplemente calificados con una nota numérica, sino que recibían un diagnóstico que indicaba el nivel en el que se encontraba su aprendizaje. Además, la evaluación formativa comenzó a estar más vinculada a los procesos de enseñanza y a la reflexión continua de los estudiantes sobre su propio aprendizaje.

2016: Generalización de la Evaluación Formativa

En 2016, la evaluación formativa se consolidó como un enfoque central en el sistema educativo peruano, especialmente con la implementación de la Currículo Nacional de la Educación Básica. Este currículo ponía énfasis en un modelo educativo que promovía el desarrollo integral de los estudiantes, tomando en cuenta tanto los aspectos cognitivos como los socioemocionales.

El uso de la evaluación por competencias y la evaluación formativa continua pasó a ser un enfoque obligatorio en las escuelas, lo que marcó una gran diferencia con los modelos educativos anteriores que se enfocaban principalmente en pruebas estandarizadas y sumativas.

  1. Logros y Avances de la Evaluación Formativa en el Perú

La evaluación formativa ha tenido importantes logros en el Perú desde su implementación:

  • Promoción del aprendizaje activo: La evaluación formativa ha permitido que los estudiantes se conviertan en participantes activos de su propio aprendizaje. La retroalimentación constante les ha permitido corregir errores, fortalecer debilidades y potenciar sus fortalezas.
  • Fomento del aprendizaje personalizado: Gracias a la evaluación continua, los docentes pueden adaptar sus estrategias pedagógicas para abordar las necesidades individuales de los estudiantes, lo que ha contribuido a una educación más inclusiva.
  • Mayor involucramiento de los docentes y padres de familia: El enfoque formativo ha favorecido la comunicación entre docentes, estudiantes y familias. Las reuniones de retroalimentación y los informes de evaluación han ayudado a los padres a estar más informados sobre el progreso de sus hijos.
  • Reducción de la ansiedad escolar: Al centrarse más en los procesos de aprendizaje y menos en la calificación final, se ha logrado reducir la presión de los exámenes y el miedo al fracaso en muchos estudiantes.
  1. Dificultades y Retos en la Implementación

A pesar de sus logros, la implementación de la evaluación formativa en el Perú también ha enfrentado varios retos:

  • Resistencia al cambio: Muchos docentes, especialmente aquellos con más años de experiencia, han mostrado resistencia a adoptar métodos de evaluación formativa, ya que implican un enfoque distinto al de la evaluación tradicional, centrado en exámenes y calificaciones finales.
  • Desigualdad en la formación docente: Aunque la evaluación formativa ha sido promovida a nivel nacional, la capacitación docente en este tipo de evaluación ha sido desigual. En muchas zonas rurales y en algunos sectores del sistema educativo, los maestros no han recibido una formación suficiente sobre cómo aplicar la evaluación formativa de manera efectiva.
  • Falta de recursos y tiempo: La evaluación formativa requiere tiempo para observar, analizar y proporcionar retroalimentación a los estudiantes, lo que en muchas ocasiones se ve limitado por la carga administrativa y la escasez de recursos en algunas instituciones educativas.
  • Dificultades en la implementación de competencias: La evaluación por competencias, que es central en la evaluación formativa, a veces se ve afectada por la falta de claridad en los criterios de evaluación y la falta de estandarización en la aplicación de los mismos.
  1. Experiencias Internacionales: Italia y Otros Países de la Región

A nivel internacional, la evaluación formativa también ha sido adoptada y experimentada con éxito en diversos países. En Italia, por ejemplo, desde principios del siglo XXI, se ha trabajado en modelos de evaluación continua que se enfocan en el desarrollo integral del estudiante. En muchos países de América Latina, como Colombia y Chile, también se ha promovido la evaluación formativa como parte de sus reformas educativas, aunque con enfoques específicos adaptados a las realidades locales.

En estos países, al igual que en Perú, la evaluación formativa ha permitido un enfoque más centrado en el estudiante, promoviendo la participación activa, la auto-regulación del aprendizaje y la retroalimentación constante.

La evaluación formativa en el Perú ha experimentado una evolución significativa desde sus inicios en la década de 1970, pasando por momentos clave en los años 2000 y alcanzando su generalización en 2016. Ha logrado promover un enfoque pedagógico más centrado en el estudiante, reduciendo la ansiedad por los exámenes y favoreciendo el aprendizaje personalizado. Sin embargo, la implementación sigue enfrentando desafíos como la resistencia al cambio, la desigualdad en la formación docente y la falta de recursos. En comparación con otras experiencias internacionales, Perú ha hecho avances importantes, pero la consolidación de la evaluación formativa requiere seguir trabajando en la capacitación docente y en la creación de condiciones para una evaluación más inclusiva y equitativa.

ldel Vexler destacado pedagogo y educador peruano desempeñó un papel fundamental en la reforma educativa del país, especialmente en lo que respecta a la evaluación. Durante su gestión como viceministro de Gestión Pedagógica del Ministerio de Educación del Perú en la década de 2000, promovió el enfoque de evaluación formativa como parte de las reformas en la educación básica regular, fue uno de los principales impulsores de la evaluación formativa en el Perú.

¿Qué es lo que hizo Vexler en relación con la evaluación formativa?

  • Introducción de la evaluación formativa: En un momento en que el sistema educativo peruano estaba muy centrado en evaluaciones sumativas y cuantitativas (por ejemplo, exámenes finales), Vexler propuso y promovió un enfoque más cualitativo, centrado en el proceso de aprendizaje. La evaluación formativa, bajo su visión, no debía ser una herramienta meramente para calificar a los estudiantes, sino un proceso continuo de retroalimentación que permitiera mejorar del aprendizaje.
  • Desarrollo del enfoque por competencias: Durante su gestión, Vexler abogó por un modelo educativo que pusiera énfasis en el desarrollo de competencias en lugar de solo en la transmisión de contenidos. La evaluación formativa, en este marco, se convirtió en una herramienta clave para medir el progreso de los estudiantes de manera integral.
  • Implementación de categorías de evaluación: Como parte de este modelo, en el 2004, se introdujeron las categorías de evaluación formativa que clasificaban a los estudiantes en cuatro niveles de logro:
  • AD (Logro Destacado)
  • A (Logro Satisfactorio)
  • B (En Proceso)
  • C (Presenta dificultades o en inicio)

Este enfoque fue diseñado para cualificar el aprendizaje de los estudiantes, en lugar de utilizar una escala de notas numéricas o evaluaciones sumativas tradicionales.

  • Estrategias pedagógicas: También se promovió la implementación de estrategias pedagógicas centradas en el alumno, que permitieran observar y acompañar el proceso de aprendizaje de manera continua, no solo a través de exámenes.

La Evaluación Formativa y su Impacto

Bajo la dirección de Ilde Vexler, la evaluación formativa ganó relevancia en el ámbito educativo peruano. Esta evaluación no solo se convirtió en un enfoque pedagógico central para mejorar el aprendizaje, sino que también permitió a los docentes monitorear el progreso de los estudiantes, identificar áreas de mejora y dar retroalimentación oportuna para corregir dificultades a lo largo del año escolar.

Críticas y desafíos

Aunque la evaluación formativa promovida por Vexler trajo avances en términos de un enfoque más integral y humano del proceso educativo, también hubo dificultades en su implementación. Algunos de los principales desafíos fueron:

  • Resistencia de los docentes: Muchos maestros, especialmente aquellos con mayor experiencia en métodos tradicionales, mostraron resistencia al cambio y a la adopción de nuevos métodos de evaluación.
  • Desigualdad en la formación docente: No todos los docentes recibieron la misma capacitación o los recursos necesarios para aplicar la evaluación formativa de manera efectiva. En muchas zonas rurales y en escuelas con menos recursos, la implementación de esta evaluación no siempre fue exitosa.
  • Falta de tiempo y recursos: La evaluación formativa requiere tiempo para hacer observaciones continuas y brindar retroalimentación personalizada. En contextos de alta carga administrativa y pocos recursos, muchos docentes no pudieron aplicar este enfoque de manera efectiva.

Destacamos que  Ilde Vexler fue una figura clave en la introducción y promoción de la evaluación formativa en el Perú, particularmente a partir de 2004. A través de sus propuestas, se buscó transformar el sistema educativo peruano, con un enfoque más centrado en el estudiante y en el proceso de aprendizaje. Aunque hubo desafíos en su implementación, su legado ha sido importante para el desarrollo de una educación más inclusiva y orientada al aprendizaje continuo.

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